El encargo consistió en proyectar un nuevo volumen, independiente de la vivienda original, destinado principalmente a cumplir la función de habitáculo matrimonial.
Se propuso una edificación que en su volumetría y terminaciones emulara la vivienda existente.
Se privilegió la dualidad de las vistas hacia el dormitorio a través de un vano que enmarca el paisaje costero y un pequeño comedor sobresaliente cuya visión es la de un jardín lateral.